viernes, 25 de enero de 2008

Calle Sebastián San Vicente (antes Uruguay) No. 27

Nueva reseña, publicada en Excélsior:

¿Qué afán de perseguir sombras, personajes contingentes que no dejan rastro alguno luego de aplicar el movimiento clásico de “voy por unos cigarros”… para no volver jamás?

No son Serrat y Sabina, pero sí dos pájaros de cuenta.

Ambos cargan como único equipaje a La Revolución; uno es mexicano; el otro, español. El primero, Paco Ignacio Taibo II, un investigador nato que, tras “la revisión y ampliación del santoral de la izquierda”, en busca de “abuelitos rojos” a los cuales ampararse, queda prendido de la imagen vaporosa del segundo, Sebastián San Vicente, un anarquista que llegó a México en 1921.

Los dos convergen en esta novela y narran, por conducto de diferentes voces, pasajes vertiginosos de San Vicente, ese español currutaco y narizón, políglota, chopinesco, lector de De la Barca, subversivo, organizador de huelgas, hábil para los balazos, escurridizo, que a las mujeres de la noche las hace decir: hoy no somos putas, somos princesas y compañeras revolucionarias… pero del que no se tiene foto alguna (sino notas de las notas de las notas) y ninguna calle de la República llevará su nombre.

A estas fichitas (porque el mexicano no se queda atrás, soltando una frase pegadora tras otra, cual pugilista con experiencia: “el cajón de los recuerdos se llena de mierdecitas al paso del tiempo” o “En Estados Unidos encontré dentro del movimiento radical muchos socialistas, pero pocos camaradas”) sólo les tengo una respectiva pregunta.




San Vicente, “¿y usted es bakuninista, anarquista puro, de los Malatesta, cercano a los anarcosindicalistas españoles de la CNT o qué?”

Taibo, no me diga que qué chingados importa, ¿existió o no Sebastián San Vicente?

Título: De paso
Autor: Paco Ignacio Taibo II
Editorial: Ediciones B
México, 2007
184 páginas

2 comentarios:

Marisolirais dijo...

Caray, mire donde lo vengo a encontrar señor Astorga.

Saludos!

Pável dijo...

Y recuerda: escribir para escritores es la fórmula infalible para lograr la esterilidad en tu parcela creativa.