sábado, 25 de agosto de 2007

Cachorros

"Todavía llevaban pantalón corto ese año, aún no fumábamos, entre todos los deportes preferían el fútbol y estábamos aprendiendo a correr olas, a zambullirnos desde el segundo trampolín del Terrazas, y eran traviesos, lampiños, curiosos, muy ágiles, voraces..."

...y veíamos demasiada televisión.

Cuando me reúno con mis contemporáneos a los que más quiero (no, jamás serán Novo, Villaurrutia o Nandino, pues esos trolos están muertos) y nos ponemos melancólicos, ya sea con una cerveza en mano, un café o un Boing de mango, siempre terminamos platicando acerca de nuestras caricaturas preferidas, repetimos los diálogos de aquellas historias sencillas, digeribles, cantamos los temas de los openings y los endings e invariablemente agradecemos que ya no las trasmitan, nunca más, pues perderían todo su encanto.

Bienvenidos los juicios de valor, pero yo no tengo elementos para criticar.
¿Por qué mi generación (¿una masa homogénea?) creció con Candy y Anthony en lugar de Frédéric Moreau y Rosanette? ¿Por qué seguimos las aventuras de Goku y no las del ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha? ¿Por qué lloramos con la miseria de Remi y no con la de Eponine? ¿Por qué conocimos las tentaciones del lado oscuro mediante Venom y no con Mefistófeles? ¿Por qué D'Artagnan tenía cara de perro y Long John Silver de zorro?

¿Acaso importa?

Y de las caricaturas, en las charlas melancólicas y sabrosas, pasamos a las series gringas. Desde Los años maravillosos (¿en verdad Paul es Marilyn Manson?) hasta Salvados por la campana, incluidas aquellas consideradas para "jóvenes-adultos", como Beverly Hills 90210 y Melrose Place. Elegí una que no fue tan manoseada, pero que a fuerzas te chutabas mientras llegaba la hora estelar destinada a la caricatura de moda. De ésas en las que resulta notorio el crecimiento (físico y psicológico) de los protagonistas. Insisto, bienvenidos los juicios de valor...

Maldición... únicamente les puedo dejar la liga, esfuércense y denle click: http://www.youtube.com/watch?v=WzrCXHvNwFo&mode=related&search=

Este texto se lo dedico a Guadalupe Martínez Franco. El párrafo inicial lo tomé prestado de Los cachorros, de Mario Vargas Llosa. Ninguna lágrima fue derramada durante la redacción.



(Continuará)

2 comentarios:

Unknown dijo...

Güe!!!! Me hiciste recordar mi tierna infancia con esos programas de televisión, para aclarar tus ideas güe deja te digo que el amor amor de la Candy no era el Antony, que se murió antes de que empezara lo bueno,ese era de manita sudada...el amor amor de la Candy fue el Terry, ese sí estaba guapo...
GÜE te extraño mil, o sea, super mega cañón, vamos a tomar un boing, un cafecito o unas chelas antes de que termine el año.
Un Saludo y Muchos Besos.

Pável dijo...

Te diría que eres un horrible geek, pero seguramente en el intento mi cyber-lengua sangraría muchos bytes y no está el cyber-horno para cyber-bollos.

Una y otra vez ha sido desmentido que Paul sea Marilyn Manson, por Dios ¿En qué mundo vives? ¡Jelou!

Por lo demás, yo prefería ver Ciencia Loca, viví mi pubertad enamorado de una mujer con cuerpo de Playmate con nivel de inteligencia genio. ¡Gulp!