domingo, 25 de noviembre de 2007

Crónica de una fiesta a la cual no asistí...

Me llegó el reporte de la fiesta de cumpleaños del Mike. Está para compartir (con video y todo):

Ah, qué caray.

Ayer, en una party, mientras veía a la respetable concurrencia alcoholizarse, reír, disertar sobre moda, novios y otros profundos tópicos, me dio curiosidad por saber su edad. Después de un breve sondeo, constaté casi horrorizado lo que ya venía intuyendo: la mayoría de la chamacada andaba entre los 18 y los 22 años.

Zas. Y uno ahí, con sus 24 años, sentadote en el sofá, cansado porque temprano había tenido que ir a atender gentuza en un museo de ciencias y en la tarde se la pasó de modisto de medio pelo haciendo su atuendito pa'brillar en la fiesta.

Eso es competencia desleal, caray, el cuerpo no da para tanto. Cierto es que no me alcoholizo, no fumo, no me drogo (¡que no, chingá!) y hasta me preocupo por tomar mis dos litros de agua al día y comer bien; pero eso de correr en promedio 60 kilómetros por semana, hacer el servicio de lunes a sábado, darle a las pesas y a la freelanceada, pues la neta sí que cansa.

La cuestión anímica no es: a pesar de andar cansadón, ayer tuve la cholteca lo suficientemente enferma como para ir a perderme en rumbos poco glamouroso (Tláhuac, para ser precisos), ganar un segundo lugar en un duelo de baile (y, debido a favoritismos, no gané el primero, pero esa es otra historia) y, después de ello, entregarme al delicioso deporte de la viboreada de atuendos.

Pero entonces, ¿qué chingaos pasa? La edad no es, porque aun de jovenzuelo siempre me dio por ser medio solitario y retraidón. La popularidad tampoco, pues a donde llego soy (re)conocido y la gente bonita me llena de besos. ¿Será que lo mío, lo mío, así lo mío, es ser freak entre la banda freak? ¿Será que soy un niño avejentado o un viejo bien juvenil?

EQUIS. Lo importante es que seguro hay más de un inadaptado que también disfruta de regalitos como éste, que me hacen refeliz durante tiempos en los que la vida se empeña en hacernos manita de puerco.

¡Niños, esto es como en París!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu y Jeanete me sacan de mis casillas con su constante sentimiento de envejecimiento. Quizá yo sea como Peter Pan. Ni modo, tendré que cargar con su vejez por variso años más y ustedes con mi actitud jovial.

miss comet dijo...

ay om, hay que bailar asì¡ y entonces te aseguro un primer lugar a pesar de los favoritismos... seremos irresistibles con eso pasitos tan juveniles y para rematar, la caìda de la ropa estarìa muy bien, pero ànimas que no se nos aparezca CLAUDIAAA CLAUDIAA... ajajaja.

abrazos

miss comet dijo...

siempre tendremos par�s �

Pável dijo...

Jajajaja, yo no sabía que uno de mis posts menos brillantes andaba por acá. Pero ni “peiper“, a eso se arriesga uno siendo figura pública, juar juar.