Saramago para fans
Por Omar Astorga Martínez
La memoria es como el mal amigo, que te falla cuando más falta hace, por ello, hay quien aún aprehende a esta camarada incómoda en una hoja de papel, no sólo para tener presentes las actividades del día, sino con el fin de revivir los sucesos más excitantes en el transcurso de los años, gracias a su poder reconstructor.
Antes de comprobar qué tan indelebles son los recuerdos de su infancia, el premio Nobel de Literatura José Saramago juntó, en Las pequeñas memorias, los trozos de vida que aceleraron las palpitaciones del niño de pantalón bombacho y pelo cortado a cepillo que fue. Unos momentos cuando su corazón latió más rápidamente de lo normal: perseguido por un perro lobo en la calle Fernao Lopes (sístole); las batallas cuerpo a cuerpo con el primo malo, pero de buen corazón (diástole); la excursión al Sameiro, cuando cayó de un caballo (sístole); los colores del cielo en la natal Azinhaga (diástole); la muerte del hermano (sístole); las noches de cine en el Piojo (diástole); así como el primer amor y los incipientes (mas no insípidos) encuentros sexuales con la vecina, la prima o con la prostituta de la calle Bom-Formoso (sístole, diástole).
Con este tipo de recuerdos y la cronología de los estudios básicos, Saramago hace también una semblanza de la clase media baja, que oscilaba entre el campo y la ciudad, en Portugal, aproximadamente de 1933 a 1940.
¿Qué diferencia hay entre esta obra y otros libros de memorias y autobiografías? Ja, pues que en Las pequeñas memorias está la vida del hombre que pensó en la muerte de uno de los heterónimos de Fernando Pessoa e imaginó el día en que una nación entera se detuvo a causa de una epidemia de ceguera. Y eso le basta a los fans de José Saramago.
8 comentarios:
y usted om... de qui�n m�s es fanS?
y usted om... de qui�n m�s es fanS?
estas compus se mandan solas o què?? por que se publico dos veces mi comentario??
publicar (bis) ?
Aunque la RAE acepté la palabra fan en su haber, creo no es la más acertada en este trabajo. Le da un aire de vanalidad.
Yo soy fan de Saramago. Mira que cuando estuve en Lisboa, una de las primeras cosas que hice fue comprarme dos libros de él. Por fin lo pude leer en portugués y en su Portugal natal!! Es la neta!!
Me gusta lo que escribe, y cómo lo escribe. ¡Se saborea con mayor intesidad ese toque de pedantería que caracteriza a los que escriben sobre arte!
Sístole. Diástole.
Imperdonable que su párrafo de entrada esté constituido de una idea única de cinco líneas. ¡Cinco líneas, por Dios, déjenos respirar!
Pero me gusta, me gusta. Ya me lo puedo imaginar sorbiendo café de Starbucks mientras escribe.
Quiérolo. Y que viva el enclítico.
Grrr.
No tolero mis errores de dedo. Pero qué le vamos a hacer, pasa de la una de la mañana.
Además me gusta poner el Comentario Número 7.
Ahhh... los periodistas y los alumnos... y sus liturgias escolásticas... denle más agua a su ego... para que crezca tan alto como un bambú...
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